De pequeña uno de mis helados favoritos era el Fantasmiko, ese helado con forma de fantasma que iba montado sobre un palo de chicle con sabor a fresa: cuando se te acababa la vainilla siempre quedaba el consuelo del chicle, todo se aprovechaba. La innovación en el sector de la alimentación sigue el mismo camino, aprovecharlo todo, y para ello planea que nos comamos también el envoltorio. ¿Te apetece?
Todos recorremos un largo y tedioso camino para acceder a las galletas que hemos comprado: abrir la caja de cartón, rasgar el plástico que une las cuatro torres de galletas, aislar la torre de galletas deseada y sí, finalmente, tras tres envoltorios y tres abrefáciles que no siempre hacen honor a su nombre, llegamos a la ansiada galleta. Aunque reciclemos, no hay duda de que nuestros alimentos suelen venir sobreprotegidos y que los envases de comida son una importante fuente de residuos. Para atajar el problema dos compañías con base en Estados Unidos han empezado a producir envoltorios comestibles: Wikicells y Monosol.
La pionera, Wikicells, ha generado una especie de membranas a partir de ingredientes comestibles (frutas, trocitos de chocolate, algas, frutos secos) que se mantienen unidas por interacciones electrostáticas y son capaces de contener yogur, queso, helado e incluso zumos y otros líquidos, pudiendo tener sabor o no. Su fundador, el profesor de Harvard, creador de ArtScience labs y hombre para todo, David Edwards, se inspiró en los envases de la naturaleza, las frutas, para diseñar sus productos, que son o bien comestibles (como la piel de una uva) o biodegradables (al estilo de los cocos). Pero, con la cantidad de personas que manipulan nuestros alimentos, ¿es higiénico comerse el envase? La ventaja de Wikicells es que puedes lavar los alimentos como si de una fruta se tratase: el envoltorio no se disuelve.
Wikicell |
Sin embargo, Monosol está buscando otro mercado: el de los envoltorios solubles. Imagina un sobre con tu café, lo pones en una taza, añades agua, agitas y ya está, ahí está tu café sin rastro del envoltorio. La misma idea sería aplicable a salsas y sopas, suplementos alimentarios e incluso los palitos que utilizamos para agitar las bebidas. Para fabricar sus envases esta compañía utiliza materiales similares a los que se usan para encapsular las medicinas, no usan nada que no haya sido consumido antes por seres humanos.
¿Triunfará la idea de los envoltorios comestibles? Puede que a muchos no les apetezca comerse un envoltorio pero para aquellos dispuestos a probar, Wikicell ya comercializa su helado en el Food Lab de Paris. Si la idea funciona y optimizan la producción a gran escala, la compañía quiere llevar sus productos al mercado en 2013.
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