¿Por qué envejecemos? ¿Qué
señales se desencadenan en el cuerpo cuando comienza el proceso? ¿Se puede
retrasar? ¿Podemos evitarlo? Ya no
buscamos el agua curativa de la fuente de la eterna juventud pero gracias a un grupo de científicos del Albert Einstein College of Medicine de Nueva Yorκ
nos estamos acercando un poco más a comprender el envejecimiento y
quizás retrasarlo.
La población mundial está
envejeciendo rápidamente: la OMS calcula que para 2050 el 22% de la población
tendrá más de 60 años. No podemos detener el reloj pero, quizás sí seamos capaces de retrasar los
síntomas del envejecimiento y vivir mejor más tiempo.
Para aproximarse al problema el
grupo liderado por Dongsheng Cai tenía
al hipotálamo en su punto de mira. Sabían que esta región del cerebro produce
hormonas que controlan el crecimiento, la reproducción y el metabolismo pero
además habían observado que ciertos procesos inflamatorios producidos en esta
parte del encéfalo ocasionan problemas sistémicos como el sobrepeso, la hipertensión
o la intolerancia a la glucosa, síntomas a su vez frecuentes en la senectud. Además
algunos artículos apuntaban que las neuronas podían jugar un papel en el
envejecimiento de animales modelo como C.elegans y la mosca Drosophila melanogaster. Con estos indicios en
mente los investigadores comenzaron a estudair un posible papel del hipotálamo
en el envejecimiento utilizando ratones.
El hallazgo del grupo liderado
por Dongsheng Cai es sencillo y a la vez trascendental. Al parecer la actividad de la molécula NF-kB
aumenta en el hipotálamo del cerebro de los ratones a medida que éstos
envejecen. Con modelos animales
comprobaron que cuando la actividad de esta molécula se inhibía en las células
de microglía, las vecinas de las neuronas, los ratones vivían más tiempo y mostraban
menos síntomas de envejecimiento: eran más hábiles en tareas cognitivas y
tenían mejor forma física. Si por el contrario
se potenciaba el NF-kB, los ratones envejecían peor.
Pero, ¿qué es el NF-kB? Se trata
de un factor de transcripción clave para multitud de procesos: proliferación
celular, inflamación, respuesta a estrés e incluso aprendizaje. En el estudio que nos ocupa, el equipo de Cai pensó que una repercusión generalizada del NF-kB
tendría que estar mediada por las hormonas que se generan en las neuronas del
hipotálamo. Descubrieron que efectivamente el NF-kB estaba regulando la
producción de la hormona liberadora de
gonadotropina (GnRH), hormona que se encarga de controlar las hormonas sexuales
y la reproducción. Al parecer había menos GnRH al aumentar la edad de los
ratones, efecto que se revertía al inhibir NF-kB. Además si se inyectaba GnRH
en el hipotálamo se generaban nuevas
neuronas en distintas áreas del cerebro y, aunque hace falta profundizar en el
tema, aumentar la GnRH también estaría retrasando el declive del
envejecimiento.
Dongsheng Cai, el jefe de la investigación. |
Así, parece que por primera vez se
ha demostrado que el hipotálamo controla el inicio del envejecimiento en ratón.
Con su investigación el grupo nos abre dos vías para combatir los problemas de
salud asociados con la edad: inhibir NF-kB y su ruta inflamatoria y restaurar los valores de GnRH en el
hipotálamo. El tiempo dirá si estos hallazgos se traducen en tratamientos pero
por el momento el descubrimiento promete.
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