Armarse de conocimiento es lo que recomienda la empresa de genética personalizada 23andMe, que por el módico precio de 299 dólares (unos 238 euros), analiza nuestros datos genéticos y exprime nuestro ADN para ofrecernos un informe detallado sobre cientos de características grabadas en nuestras células. Ahora la compañía ha solicitado el visto bueno de la FDA y espera, si consigue el aprobado, generalizar el uso de los tests genéticos.
¿Te gustaría saber qué riesgo tienes de padecer enfermedades como el Parkinson o la degeneración macular? ¿Tienes curiosidad por saber cuánto de Neanderthal tiene tu ADN? ¿Indagar en tus ancestros? ¿Saber si eres portador de alguna variante genética peligrosa? ¿Dudas si determinados medicamentos serán eficaces para ti? ¿Quieres saber el por qué de tu color de pelo o las probabilidades de que tus hijos tengan los ojos azules? Si la respuesta es sí sólo necesitas solicitar el servicio a través de internet, registrarte en la web de 23andMe (el nombre viene de los 23 pares de cromosomas que todos los humanos tenemos), enviar a la empresa unos mililitros de tu saliva y leer atentamente el informe dos semanas después.
El kit para recoger tu saliva y con ella algunas células de tus carrillos |
Ya son 150.000 las personas que han confiado en los servicios de 23andMe desde que fuera fundada en 2006 por Linda Avey, Paul Cusenza y Anne Wojcicki (graduada en Yale y la mujer de uno de los fundadores de Google). Gracias al análisis genético han conocido mejor las debilidades de su genética y han podido tomar medidas: hablar con su médico, planear pruebas diagnósticas, revisiones o cambiar sus hábitos. Otros han encontrado hermanos y parientes lejanos o han ayudado a la investigación participando con sus datos en diversos estudios.
Sin embargo, el análisis genético de 23andMe aún no cuenta con el respaldo de la FDA, que en varias ocasiones ha escrito a la empresa comunicándole que su servicio de análisis genético es un producto médico y que por tanto requiere de su aprobación. La compañía inició los trámites el pasado mes de Julio y espera un proceso largo, pero confía en su producto ya que, aunque proporciona un cálculo de probabilidades, los resultados que ofrece se basan en publicaciones científicas sólidas.
Pero, ¿para qué saber algo contra lo que no se puede actuar? ¿Qué hacer si obtenemos una alta probabilidad de padecer Alzheimer, enfermedad para la que por el momento no hay tratamiento? Para aquellos datos que tienen implicaciones clínicas importantes puede que la FDA exija la participación de un médico que asesore al paciente, lo que interferiría con el modelo de la compañía, que trata directamente con el cliente y a quien ya aconseja cómo proceder en los informes que entrega. Sin embargo, conseguir la bendición de la FDA podría suponer un fuerte empujón para la empresa y una apuesta decisiva hacia la medicina personalizada, que permitiría un mejor diagnóstico, tratamientos más ajustados y reunir datos para futuros estudios que aumenten nuestros conocimientos. Otra cuestión es el tratamiento de nuestros datos genéticos. En principio la empresa se compromete a no ofrecer ninguna información a terceros in el consentimiento expreso del cliente pero, ¿cambiará esta política si el test es aprobado por la FDA?
Podemos no querer saber, preferir la sospecha a la certeza y vivir tranquilos hasta que se presente el problema (si se presenta). Pero, ¿y si nos anticipamos? ¿y si podemos evitar el problema o mitigarlo? ¿No serían éstos los 240 euros mejor invertidos? ¿Serán algún día estos análisis tan rutinarios como las vacunas? ¿Qué uso se hará de nuestros datos genéticos? Y tú, ¿estás preparado para saber lo que esconde tu ADN?
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