Normalmente, cuando se descubre un medio para luchar contra una enfermedad vírica para la que no existe tratamiento ni vacuna, el público general se alegra y espera impaciente a que se aplique. Sin embargo, cuando el medio descubierto consiste en liberar un mosquito transgénico, el panorama puede cambiar radicalmente.
El dengue es una enfermedad típica de países tropicales y subtropicales, con especial incidencia en zonas urbanas. Según la OMS, entre 50 y 100 millones de personas se contagian de dengue cada año, sufriendo síntomas parecidos a los de la gripe para los que no existe tratamiento específico. Además, en ocasiones la infección se complica, evolucionando a dengue grave o hemorrágico, donde el riesgo de muerte aumenta, siendo una de las principales causas de hospitalización y muerte entre los niños.
El dengue es transmitido principalmente por las hembras de mosquito de la especie Aedes aegypti y la única manera de reducir la incidencia de la enfermedad consiste en mantener a raya el vector que la transmite, es decir, la población del mosquito. Hasta ahora las armas más poderosas con las que se contaba incluían el uso de insecticidas, vestir ropa de manga larga, poner mosquiteras y evitar proporcionar al insecto hábitats donde pueda reproducirse. Sin embargo, en los últimos años la empresa británica Oxitec ha desarrollado una estrategia novedosa que consigue disminuir hasta en un 80% la población del mosquito: liberar mosquitos transgénicos macho al medio ambiente (sólo las hembras pican) cuya descendencia morirá gracias a un truco genético.
¿En qué consiste? Introducen dos genes nuevos en huevos de mosquito valiéndose de agujas muy finas y un microscopio: el gen de la GFP, la proteína verde fluorescente, para identificar a golpe de vista bajo el microscopio las larvas de mosquito que han incorporado la construcción transgénica y el gen de la tTA, una proteína que no es tóxica en pequeñas cantidades pero que en abundancia causa la muerte del mosquito. El truco consiste en que, mientras el mosquito es criado en el laboratorio, recibe el antibiótico tetraciclina, que actúa como un represor, haciendo que la tTA se exprese sólo en niveles mínimos. Cuando el mosquito se libera al medio ambiente, al no tener tetraciclina (el antídoto), permanece sano un tiempo, el justo para encontrar una hembra y transmitir este gen a la descendencia. Al no tomar tetraciclina, tanto el padre como la descendencia mueren y, como las hembras suelen aparearse una sola vez, la estratagema consigue una alta eficacia. Anteriormente ya se había probado una estrategia similar irradiando mosquitos macho para esterilizarlos. Sin embargo, los machos solían quedar debilitados y las hembras no les elegían para el apareamiento. Con la tecnología desarrollada por Oxitec la hembra no tiene tan fácil distinguir un macho silvestre de un macho tratado.
De izda a dcha hembra y macho de Aedes aegypti en el video informativo de Oxitec |
La empresa realizó un par de pruebas en campo abierto en las islas Caimán, algo criticadas porque al parecer no se había informado suficientemente a la población y tampoco a otros expertos en el tema, que declararon haberse enterado de los ensayos en una conferencia posterior. En cambio, la aplicación de esta tecnología en Brasil está teniendo gran aceptación y parece que se ha conseguido que el público comprenda la tecnología y sus beneficios. No ha ocurrido lo mismo en Florida, donde en tres meses 100.000 personas han firmado en contra de la liberación de mosquitos en Key West. Aunque sólo se liberan mosquitos macho y sólo las hembras pican, se preguntan qué pasará si uno de estos mosquitos transgénicos les pica y también si los animales que se alimentan de estos mosquitos se quedarán sin alimento, si bien ninguna especie se alimenta exclusivamente de este insecto.
Otros se preguntan si el virus no podría evolucionar a formas más virulentas en ausencia de este mosquito o adaptarse a otros hospedadores, pero la compañía apunta que el virus ya evoluciona constantemente en el interior de los humanos afectados. Otros están preocupados por la eficacia al separar los mosquitos según su sexo, pues temen la liberación de hembras transgénicas. Desde Oxitec se afirma que, aunque se liberase una pequeña proporción de hembras, cualquier ADN que pudieran transmitir no sería tóxico ni alergénico.
Es cierto que el ecosistema guarda siempre un delicado equilibrio, pero éste también se afecta con el uso de insecticidas, ampliamente utilizados durante los brotes de dengue. Los beneficios de la tecnología de Oxitec parecen claros, pero la empresa tiene por delante una larga campaña de comunicación para convencer a los escépticos. No será fácil.
En la página de Oxitec se puede encontrar amplia información sobre su tecnología, videos divulgativos y sus publicaciones en diversas revistas científicas.
Aquí un link con los argumentos de los contrarios a la tecnología.
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