Se acerca el verano y con él el
buen tiempo, el sol y el ponernos morenos. A todos nos gusta lucir un bonito
bronceado, pero debemos tener cuidado: esta misma semana se publica en Nature un estudio que amplía el conocimiento genético sobre el melanoma y confirma la
clara asociación entre una fuerte exposición al sol y el desarrollo de este
cáncer.
Patricia Krentcil y su hija (biológica) |
Tomar mucho el sol no es siempre
sinónimo de belleza (a las pruebas me remito viendo la foto de Patricia Krentcil, que hace poco saltaba a la actualidad pública por llevar al solárium a
su hija de 5 años), pero además, un exceso de exposición al sol es el
ingrediente perfecto para promover el melanoma. El melanoma es el segundo
cáncer más común entre la población joven y destaca por su rapidez para
extenderse a tejidos lejanos y originar en ellos nuevos tumores malignos
(metástasis). Si se detecta en las etapas
iniciales tiene muy buen pronóstico, pero si el diagnóstico llega tarde el
paciente tiene menos de un 10% de probabilidades de supervivencia a 5 años. Es
por estas razones que necesitamos conocer mejor los mecanismos moleculares que
convierten un melanocito en canceroso y cuáles son las mutaciones responsables
de la agresividad del tumor. Todas las mutaciones quedan registradas en la
secuencia de ADN de las células cancerosas: las más importantes que causan y
dirigen el desarrollo del tumor y también las que no contribuyen al desarrollo
del cáncer pero que sin embargo nos dan pistas sobre los procesos sufridos por
la célula y nos hablan por tanto del origen del cáncer y de su patogénesis.
Por primera vez se han
secuenciado los genomas de 25 melanomas metastáticos y los correspondientes genomas de esos mismos
pacientes en sangre (tejido que en este estudio representa un ADN sano). Comparándolos se ha obtenido una fotografía
global de los cambios sufridos por las células durante el proceso de cáncer en
los distintos individuos. Así, se ha visto que los melanomas que procedían de
pacientes con exposición crónica al sol contenían hasta 37 veces más mutaciones
que otros procedentes de tejidos con poca exposición solar.
Además el equipo de
investigadores encontró que el gen PREX2, que regula la actividad de un gen
supresor de tumores, estaba mutado en un alto porcentaje de los genomas
analizados y que en torno al lugar que ocupa este gen (locus), se había
observado un número considerable de reordenamientos cromosómicos, es decir, el
cromosoma estaba en este punto muy desordenado, en muchos casos por haberse
combinado con cromosomas lejanos.
Para comprobar que PREX2 es importante en la
génesis de un melanoma, los científicos del MIT introdujeron melanocitos
humanos que contenían 6 mutaciones representativas de este gen en ratones inmunodeprimidos
propensos a la generación de tumores. En 4 de los 6 casos se observó que los
ratones desarrollaban cáncer con mayor rapidez (en comparación con los ratones
control, a los que se les había trasplantado melanocitos que expresaban la
versión normal de PREX2). Así, se confirma que PREX2 efectivamente facilita el
desarrollo de tumores in vivo.
Hasta ahora en cáncer se hablaba
de dos categorías génicas importantes: los oncogenes (que debido a las
mutaciones que sufren aumentan su actividad y promueven el tumor) o los genes
supresores de tumores, que debido a mutaciones pierden su función y dejan de
proteger a la célula. Con PREX2 puede
que estemos ante una nueva categoría genética importante en cáncer, puesto que las mutaciones que
afectan a PREX2 no provocan una pérdida de su función ni que gane más
actividad, sino que producen proteínas truncadas o variantes de la proteína que
modifican la función original de PREX2 y alteran los procesos celulares donde
interviene este gen.
Gracias a este estudio se ha
obtenido una visión genómica de las alteraciones que sufre el ADN en procesos
de melanoma metastático. Entender cómo estas aberraciones genómicas contribuyen
al origen y la progresión del melanoma nos ayudará a comprender mejor el
funcionamiento de este cáncer y a diseñar tratamientos más personalizados.
Mientras tanto lo mejor es protegerse del sol y examinar nuestra piel periódicamente.
Os dejo un video que lanzó ya hace un tiempo la David Cornfield Melanoma
Foundation para concienciar a los más jóvenes de los peligros del sol. Intentan claramente tocarnos la fibra
sensible pero da buenos consejos. A los
que no queráis ver el video, podéis echarle un vistazo aquí al abcd del meloma.
Sigue el blog en Twitter en @xcienciainfusa
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Una esperanza española contra el melanoma: Bioncotech Therapeutics.
ResponderEliminarhttp://www.bioncotech.com/es/proyectos.html
Activación de la autofagia e inducción de la apoptosis en células tumorales.