sábado, 12 de mayo de 2012

Se secuencia el genoma de 25 melanomas metastáticos


Se acerca el verano y con él el buen tiempo, el sol y el ponernos morenos. A todos nos gusta lucir un bonito bronceado, pero debemos tener cuidado: esta misma semana se publica en Nature un estudio que amplía el conocimiento genético sobre el melanoma y confirma la clara asociación entre una fuerte exposición al sol y el desarrollo de este cáncer.

Patricia Krentcil y su hija (biológica)
Tomar mucho el sol no es siempre sinónimo de belleza (a las pruebas me remito viendo la foto de Patricia Krentcil, que hace poco saltaba a la actualidad pública por llevar al solárium a su hija de 5 años), pero además, un exceso de exposición al sol es el ingrediente perfecto para promover el melanoma. El melanoma es el segundo cáncer más común entre la población joven y destaca por su rapidez para extenderse a tejidos lejanos y originar en ellos nuevos tumores malignos (metástasis).  Si se detecta en las etapas iniciales tiene muy buen pronóstico, pero si el diagnóstico llega tarde el paciente tiene menos de un 10% de probabilidades de supervivencia a 5 años. Es por estas razones que necesitamos conocer mejor los mecanismos moleculares que convierten un melanocito en canceroso y cuáles son las mutaciones responsables de la agresividad del tumor. Todas las mutaciones quedan registradas en la secuencia de ADN de las células cancerosas: las más importantes que causan y dirigen el desarrollo del tumor  y  también las que no contribuyen al desarrollo del cáncer pero que sin embargo nos dan pistas sobre los procesos sufridos por la célula y nos hablan por tanto del origen del cáncer y de su patogénesis.
Por primera vez se han secuenciado los genomas de 25 melanomas metastáticos  y los correspondientes genomas de esos mismos pacientes en sangre (tejido que en este estudio representa un ADN sano).  Comparándolos se ha obtenido una fotografía global de los cambios sufridos por las células durante el proceso de cáncer en los distintos individuos. Así, se ha visto que los melanomas que procedían de pacientes con exposición crónica al sol contenían hasta 37 veces más mutaciones que otros procedentes de tejidos con poca exposición solar.
Además el equipo de investigadores encontró que el gen PREX2, que regula la actividad de un gen supresor de tumores, estaba mutado en un alto porcentaje de los genomas analizados y que en torno al lugar que ocupa este gen (locus), se había observado un número considerable de reordenamientos cromosómicos, es decir, el cromosoma estaba en este punto muy desordenado, en muchos casos por haberse combinado con cromosomas lejanos.
Para  comprobar que PREX2 es importante en la génesis de un melanoma, los científicos del MIT introdujeron melanocitos humanos que contenían 6 mutaciones representativas de este gen en ratones inmunodeprimidos propensos a la generación de tumores. En 4 de los 6 casos se observó que los ratones desarrollaban cáncer con mayor rapidez (en comparación con los ratones control, a los que se les había trasplantado melanocitos que expresaban la versión normal de PREX2). Así, se confirma que PREX2 efectivamente facilita el desarrollo de tumores in vivo.
Hasta ahora en cáncer se hablaba de dos categorías génicas importantes: los oncogenes (que debido a las mutaciones que sufren aumentan su actividad y promueven el tumor) o los genes supresores de tumores, que debido a mutaciones pierden su función y dejan de proteger a la célula.  Con PREX2 puede que estemos ante una nueva categoría genética importante en cáncer, puesto que las mutaciones que afectan a PREX2 no provocan una pérdida de su función ni que gane más actividad, sino que producen proteínas truncadas o variantes de la proteína que modifican la función original de PREX2 y alteran los procesos celulares donde interviene este gen.
Gracias a este estudio se ha obtenido una visión genómica de las alteraciones que sufre el ADN en procesos de melanoma metastático. Entender cómo estas aberraciones genómicas contribuyen al origen y la progresión del melanoma nos ayudará a comprender mejor el funcionamiento de este cáncer y a diseñar tratamientos más personalizados. Mientras tanto lo mejor es protegerse del sol y examinar nuestra piel periódicamente. Os dejo un video que lanzó ya hace un tiempo la David Cornfield Melanoma Foundation para concienciar a los más jóvenes de los peligros del sol.  Intentan claramente tocarnos la fibra sensible pero da buenos consejos.  A los que no queráis ver el video, podéis echarle un vistazo aquí al abcd del meloma.
Sigue el blog en Twitter en @xcienciainfusa

No hay comentarios:

Publicar un comentario